RÁPIDO Y FURIOSOS

En Segundo Frente, barrio cubano, se echó unpedazo de carretera tan, pero tan RAPIDO, quelos vecinos  han quedado muy FURIOSOS.   Y  sobran razones.

No hay que ser ingeniero para saber que el asfalto, se echa cuando el sol  raja piedras.

El tramo de carretera era un regalo al aniversario 75 del Congreso Campesino, fecha emblemática para los guajiros de ese lomerío. Un día antes del acto no se había cumplido el compromiso. Pero, alguien decidió que debía terminarse a cualquier hora. Para colmo la lluvia dijo “aquí estoy yo,”

La consigna era terminar. Se trabajó bajo lluvia. No se sabía si se regaba asfalto o fango. Podría ganar un Record Guinness por ser la únicacarretera realizada de noche y bajo un torrencial.

Esa vez hubo tres bandos: los vecinos que no daban crédito al disparate; los que realizaban el trabajo y, por último, los que dirigían  celular en  mano, retratándose   en diferentes pose, pero sin mojarse la suela de los zapatos.

A los pocos días las cicatrices; Baches profundos, desmoronamiento de las cunetas y  criterios a montones. Todavía se preguntan:

¿Quién paga la chapucería, estará tranquila la conciencia de los directivos de la entidad  ejecutora? ¿Quiénes controlan el presupuesto del Estado en el municipio Segundo Frente? ¿Sucederá algo con los responsables que, por tercera vez, realizan un pésimo trabajo vial?   

Pero todo no fue malo. Algunos vecinos han echado alevines, en los baches, para criar peces. Otros siembran arroz en las cunetas; y Gervasio, amante de la Agricultura Urbana, ya plantó semillas de calabaza. Los únicos bravos son los choferes, porque no saben por dónde pasar. 

El gran temor es que ahora aparezca el Consejo de la Administración y quiera fijar precios topados a los productos  o  decida rescindir cada pedazo sembrado, con el pretexto  que esos espacios pertenecen a la Empresa de Viales,  Comunales ode la Mipyme que, con tantos sacrificios, trabajó allí.

Mientras tanto, la vida sigue igual para los responsables. Cumplieron el compromiso, fueron declarados destacados y hasta recibieron diplomas. Pero la chapucería está allí, aunque se hagan de la vista gorda y no sientan en sus bolsillos los efectos negativos de un mal trabajo.Esta vez, tampoco lo pagará el totí, sino Liborio.